Associated Press.
CLEVELAND -- A Jhonny Peralta no le quedaba otra opción que disculparse. El daño estaba hecho.
El dominicano no podrá ayudar a que los Tigres busquen un boleto a la postemporada, y deja un hueco en Detroit, que deberá ingeniárselas para salir adelante sin su campocorto electo al Juego de Estrellas.
Peralta fue suspendido el lunes durante 50 encuentros por las Grandes Ligas, junto con otros 12 peloteros, por su relación con Biogenesis of America, una clínica que ofrecía tratamientos para retardar el envejecimiento pero que ahora está cerrada y acusada de distribuir sustancias dopantes.
El castigo impuesto a Peralta es un duro golpe a Detroit, que no ha decidido si activaría al pelotero en caso de avanzar a la postemporada. Los Tigres comenzaban el lunes una serie de cuatro duelos contra los Indios de Cleveland, a quienes superaban sólo por tres encuentros en la División Central de la Liga Americana.
"Él infringió las reglas y tiene que pagar por ello. Apoyamos plenamente esa idea", dijo el gerente general de los Tigres, Dave Dombrowski, antes del encuentro del lunes por la noche. "Pagará un precio por esto y nuestra organización debe salir adelante. Esto cambiará un poco la imagen de nuestro club, pero nos recuperaremos. Creo que todavía tenemos posibilidades de ganar la Serie Mundial".
Peralta, normalmente discreto, hizo su segunda aparición en un Juego de Estrellas esta temporada, en la que batea para .305 con 11 jonrones y 54 impulsadas. Durante meses, se vinculó su nombre con la pesquisa sobre Biogenesis y, para protegerse en caso de una suspensión, los Tigres adquirieron al cubano José Iglesias, pelotero de cuadro procedente de Boston, antes de que venciera el plazo para realizar canjes irrestrictos.
Peralta emitió un comunicado mediante la organización de los Tigres.
"En la primavera de 2012, cometí un error terrible que lamento profundamente", dijo. "Me disculpo con todos aquellos a quienes he dañado como resultado de mi error, incluidos mis compañeros, la organización de los Tigres, los maravillosos fanáticos de Detroit, las Grandes Ligas y mi familia. Asumo plenamente la responsabilidad por mis acciones, no pongo excusas por mi mal criterio y acepto mi suspensión".
"Amo a los fanáticos, a mis compañeros y a esta organización, y mi mayor castigo es saber que he defraudado a tanta gente buena. Prometo hacer todo lo posible por tratar de recuperar el respeto que he perdido".
Los compañeros de Peralta le expresaron su solidaridad.
En realidad, recibió apoyo absoluto en la casa club de Detroit, donde el buen ánimo no parecía distinto al de otras jornadas de esta campaña.
"Todos cometemos errores", dijo el lanzador Justin Verlander. "Él es mi hermano. Peleamos, sangramos y sudamos juntos en el terreno. Si mi hermano comete un error, especialmente si lo admite y cumple su sanción, no veo cómo puede uno reprochárselo. Hace falta ser un hombre para aceptar los errores".