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jueves, 13 de mayo de 2010

LeBron, optimista para el sexto juego


HOUSTON -- El alero LeBron James pasó de ser la gran figura "incuestionable" de la NBA al líder que se enfrenta con su equipo de los Cleveland Cavaliers ante el partido más decisivo desde que llegó hace siete temporadas a la NBA.

Se trata del sexto de las semifinales de la Conferencia Este que van a disputar los Cavaliers contra los Boston Celtics y a James y a su equipo no les vale nada más que el triunfo.

Una misión considerada por los propios seguidores de los Cavaliers como "imposible" porque el partido se juega en el TD Garden, después de haber sido humillados en el suyo propio del Quickens Loans Arena con el peor marcador en la historia del equipo de Cleveland (88-120) en el quinto partido.

La derrota y la pobre actuación que tuvo James, al quedarse con sólo 15 puntos tras fallar 11 de 15 tiros de campo, le han costado a la estrella de los Cavaliers ser el centro de atención de los editoriales deportivos y comentaristas que le han recordado que para ser leyenda tiene que ganar títulos y eso de momento no es posible.

Pero además nadie sabe si habrá jugado el último partido con los Cavaliers en Cleveland al ponerse 3-2 abajo en la eliminatoria al mejor de siete.

James no quiere oír hablar de su futuro, ni de lo mal que jugó en el quinto, simplemente considera que puede volver a ser la súper estrella que en el tercer partido anotó 38 puntos en el TD Garden, incluidos 22 en el primer cuarto, después que también llegaron a Boston con una derrota sufrida en el segundo disputado en Cleveland.

Es el momento de la redención para James, al margen de lo que pueda hacer cuando concluya la temporada, el sexto partido le debe servir para salvar a los Cavaliers de la eliminación, recuperar su condición de líder estrella y además que los seguidores del equipo vuelvan a tener confianza en su figura.

"Soy consciente de que frustré a muchos seguidores con mi juego, pero ahora del quinto partido no puedo hacer nada, se trata de pensar que o ganamos o comenzamos las vacaciones", declaró James. "Los compañeros también son conscientes de esta realidad y es a la que debemos enfrentarnos".

James no quiere hablar para nada de lo que pueda suceder el próximo 1 de julio cuando sea agente libre sin restricciones, si del problema de la lesión del codo, que será un asunto que tendrá que solucionar cuando concluya la competición, de las críticas contra el entrenador Mike Brown, su propio legado o el enfado del dueño de los Cavaliers, Dan Gilbert.

La estrella de los Cavaliers tuvo respuestas para todos esos asuntos que le involucran de manera directa y se mostró comunicativo y confiado con los periodistas, algo que no sucedió nada más concluir la humillación ante los Celtics, que su ánimo era de "resignación".

"Es cierto que no jugué bien, que por supuesto que puedo hacerlo mucho mejor que en el quinto partido, pero jamás me siento desilusionado conmigo mismo porque lo doy todo en el campo", destacó James, que al concluir la temporada regular ganó el segundo premio consecutivo de Jugador Más Valioso (MVP) de la liga.

James reiteró que "jamás" lo van a ver en una mesa ante los periodistas para recriminarse a sí mismo y lamentarse.

"Soy como soy", reitero James. "Tampoco voy a mostrar a ustedes que estoy enfadado, que siento pánico, y mucho menos lamentarme porque perdimos por más de 30 puntos", explicó James. "Eso no va con mi persona, como yo soy".

James dijo que el equipo tenía que entender que había que ayudarse todos y esa era la fórmula para conseguir la victoria en el sexto partido.

Aunque no quiso hablar para nada de la estrategia que hasta ahora había tenido el entrenador Brown --quinta temporada con el equipo--, pero la realidad es que no ha sido capaz durante los cinco primeros partidos de encontrar la manera de controlar el juego brillante y decisivo del base Rajon Rondo, líder indiscutible de los Celtics.

James tampoco se refirió a los comentarios que hizo Gilbert, el dueño de los Cavaliers, después de ver el quinto partido y denunciar el poco espíritu de lucha que había puesto todo el equipo, señalando de alguna manera a Brown como el responsable de ese estado anímico de los jugadores.

"No voy a entrar en lo que dicen los dueños", señaló James. "Eso es como él sintió que tenía que expresarse, pero ninguno de los jugadores que salimos al campo pensamos que no vamos a luchar al máximo y al perder como lo hicimos ante los Celtics nos duelo mucho más que a los aficionados".

Pero James también recordó que son profesionales que deben sólo pensar en el siguiente partido y especialmente en el sexto de la eliminatoria, que sabe perfectamente que es sin discusión el partido de mayores consecuencias de cara al futuro como profesional.