Michael Jordan cumple hoy 50 años y todavía millones de niños lo tienen como su ídolo más querido.
Por : MARINO MARTINEZ PERAZA.
Cuando en 1984, los Bulls de Chicago seleccionaron al joven y delgado escolta Michael Jordan, nadie podía imaginar la importancia que tendría para la historia del básquetbol. Con el tiempo, fue para su deporte lo mismo que Pelé para el fútbol, Muhammad Alí para el boxeo y Babe Ruth para el béisbol.
Entre sus logros están seis anillos de campeón de la NBA, 10 títulos de máximo anotador, cinco premios de Jugador Más Valioso de la temporada, otros seis en Finales de la NBA, uno como mejor defensor, centenares de jugadas grabadas para el recuerdo y el reconocimiento casi por unanimidad del más grande jugador de todos los tiempos.
Su figura ha aparecido en 50 ocasiones en la portada de la revista Sports Illustrated, fue nombrado Deportista del Año en 1991, el mejor atleta del siglo XX por ESPN y segundo tras Babe Ruth por Associated Press, además de muchas otras proezas.
Apodado “Su Majestad del Aire’’ y “Air Jordan’’, este atleta fue una excelencia en la cancha. Sin embargo, su vida es una combinación de sacrificios, retos y errores humanos.
Antes de su llegada a este deporte, los niños querían imitar a Wilt Chamberlain, Magic Johnson y Larry Bird. Luego de su retiro, otros millones de niños sólo querían ser como Jordan, y dentro de ese grupo de herederos está la estrella del Miami Heat, Lebron James.
Nació el 17 de febrero de 1963, en Brooklyn, Nueva York. Sus padres fueron James y Deloris Jordan. Fue el cuarto de cinco hijos y siendo joven la familia se mudó a Carolina del Norte. Luego de una exitosa carrera colegial y universitaria fue firmado por los Bulls de Chicago en 1984. Antes de ingresar a la NBA actuó en los Juegos Olímpicos de Los Angeles, cuando Estados Unidos derrotó a España. Años más tarde, se unió al primer “Equipo de Ensueño” en las Olimpiadas de Barcelona en 1992 junto a estrellas como Magic Johnson, Larry Bird, Scottie Pippen, Karl Malone y David Robinson, entre otros.
EN LA NBA
La NBA está marcada por un antes y un después de Michael Jordan al ser la figura que transformó el básquetbol con su arte, sus acrobacias y mentalidad de juego.
Fue una sensación desde su primera campaña en 1985 al anotar 28.2 puntos por juego, con un 51.5 por ciento en tiros de campo para ganar el premio Novato del Año. En 1986, anotó 63 puntos en el segundo juego de postemporada ante Boston. Ante esta sensacional actuación su rival estrella Larry Bird, dijo: “He visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto’’.
Al año siguiente, logró uno de los promedios más altos de la historia con 37.1 puntos y fue el segundo jugador con más de 3,000 puntos en una temporada. Su primer título llegó en 1990-91 cuando los Bulls sumaron 61 triunfos para fijar un récord de la franquicia, superando a los Lakers con Jordan ganando su primer MVP de las Finales. El dominio de este equipo siguió por los dos siguientes años cuando impusieron otro récord con 67 victorias y 15 derrotas (1991-92), bajo la guía de Jordan.
Inesperadamente, el 6 de octubre de 1993, Michael anunció que se retiraba del baloncesto, alegando que tras la muerte de su padre no disfrutaba jugar. Pero anunció su regreso el 18 de marzo de 1995.
En la temporada 1995-96, los Bulls se reforzaron con el especialista en rebotes Dennis Rodman, finalizando con 72 victorias y 10 reveses (récord de la NBA) con Jordan sumando otro MVP. Chicago alcanzó el triunfo en 1996-97 y repitió en 1997 al derrotar a Utah con otro cierre magistral al anotar una de las canastas más famosas de la historia.
En 1999, por razones varias, Jordan decidió retirarse, aunque regresó de nuevo con los Wizards de Washington. Pero, físicamente, ya no era el mismo jugador.
Filadelfia fue el escenario de su último juego, el 16 de abril del 2003. Jordan terminó su carrera con 32,292 puntos, sólo superado por los legendarios Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone. Anotó más de 50 unidades en 39 partidos y en 211 superó los 40. También fue un buen jugador debajo de los tableros al capturar 6,672 rebotes, sumó 2,514 robos de balón (segundo de la historia), tuvo 5,633 asistencias y participó en 14 Juegos de Estrellas, en tres de ellos ganando el MVP.
FILOSOFIA DE EXITO
Jordan fue una fuente de inspiración. Siempre estuvo consciente de que su destreza natural era obra de Dios, pero la clave estuvo en que supo encontrar la formula correcta para pulir ese talento. Aceptaba el revés, pero sin dejar de luchar. Nunca limitó su juego y cuando escuchaba una crítica en su contra, trabajaba fuerte para demostrar que era errónea o mejorarla. Cuando algunos dijeron que no era un buen defensor, logró que lo incluyeran en el “Equipo Defensivo de la NBA”.
Esa actitud frente a la vida hizo posible que se convirtiera en el mejor jugador de la historia y su entrada al Salón de la Fama, el 11 de septiembre del 2009.
SUS ERRORES
Luego de su retiro el otrora infalible número 23 de los Bulls de Chicago, comenzó a mostrar debilidades en otras facetas de este deporte. Siendo mánager y jugador de los Wizards, tomó una decisión que aún le pesa a la franquicia.
Washington, con el derecho a ser el primero en elegir entre los nuevos talentos, se inclinó por Kwame Brown, un joven de 19 años que llegaba de la secundaria y olvidó a otros candidatos como el español Pau Gasol y el francés Tony Parker, que con el tiempo se convirtieron en estrellas, mientras que Brown no ha pasado de la mediocridad.
En el 2006, Jordan se convirtió en gerente de Charlotte y luego en su propietario. Cuando en el 2010, el equipo llegó a los playoffs, dejó ir a sus tres mejores jugadores: Tyson Chandler a Dallas, Raymond Felton a Nueva York y Gerald Wallace a Portland. Mientras tanto, Charlotte se convirtió en un equipo del montón.
Entre las muchas críticas recibidas está la del coach Larry Brown, que dijo: “Jordan ha tenido un terrible desempeño con los Bobcats al estar rodeado de gente que sabe poco de baloncesto y no se atreven a retarlo en sus decisiones’’.
Charles Barkley, un miembro del Salón de la Fama, indicó: “Quiero mucho a Michael, pero como dueño no ha realizado un buen trabajo”.
En esta misma campaña, el equipo de Charlotte tiene el peor récord entre los 30 de la NBA, ocupando el último lugar de su división en la Conferencia Este.
Otro aspecto negativo de Jordan ocurrió cuando siendo jugador de Chicago decidió retirarse del baloncesto para intentar jugar béisbol de Grandes Ligas, firmando un contrato con la franquicia de los Medias Blancas de Chicago.
Para muchos era absurdo ver a un jugador de leyenda que de repente dejaba de hacer lo que mejor sabía para convertirse en un mediocre en otro deporte. Incapaz de conectar buenos batazos con los Birmingham Barons en Ligas Menores, Jordan fue un fracaso en el deporte de las bolas y los strikes. A tal medida, que renunció después de la huelga de la MLB para regresar al lugar que le correspondía: el tabloncillo de baloncesto.
IMPACTO CULTURAL
Jordan es un ejemplo visible del éxito en Norteamérica. En el tabloncillo nada fue imposible para él, todo objetivo que se proponía lo cumplía con nota excelente. Por ello, su nombre está grabado en la mente de millones de niños y jóvenes por ser un símbolo de triunfo y por su influencia en mantener con vida los sueños de alcanzar la cima.
También ha sido una de las figuras más comercializadas de la historia. Su fortuna personal ronda los $500,000 millones. Ha sido la imagen principal de marcas como Nike, Coca-Cola, Chevrolet, Gatorade, Hanes, McDonald’s, Ball Park Franks, Rayovac y MCI.
Uno de sus anuncios más famosos fue el de “Like Mike”, en el que aparecía una canción cantada por niños que deseaban ser como Jordan. Por muchos años ha sido la mascota de Nestlé Crunch, y ha aparecido en sus productos y su publicidad. Actuó en películas como Space Jam. Michael Jordan tuvo dos hijos y una hija con su primera esposa Juanita. La pareja se divorció en el 2006. En estos momentos está comprometido con su novia cubana Yvette Prieto, aunque aún no se ha anunciado la fecha de la boda.
Cuando en 1984, los Bulls de Chicago seleccionaron al joven y delgado escolta Michael Jordan, nadie podía imaginar la importancia que tendría para la historia del básquetbol. Con el tiempo, fue para su deporte lo mismo que Pelé para el fútbol, Muhammad Alí para el boxeo y Babe Ruth para el béisbol.
Entre sus logros están seis anillos de campeón de la NBA, 10 títulos de máximo anotador, cinco premios de Jugador Más Valioso de la temporada, otros seis en Finales de la NBA, uno como mejor defensor, centenares de jugadas grabadas para el recuerdo y el reconocimiento casi por unanimidad del más grande jugador de todos los tiempos.
Su figura ha aparecido en 50 ocasiones en la portada de la revista Sports Illustrated, fue nombrado Deportista del Año en 1991, el mejor atleta del siglo XX por ESPN y segundo tras Babe Ruth por Associated Press, además de muchas otras proezas.
Apodado “Su Majestad del Aire’’ y “Air Jordan’’, este atleta fue una excelencia en la cancha. Sin embargo, su vida es una combinación de sacrificios, retos y errores humanos.
Antes de su llegada a este deporte, los niños querían imitar a Wilt Chamberlain, Magic Johnson y Larry Bird. Luego de su retiro, otros millones de niños sólo querían ser como Jordan, y dentro de ese grupo de herederos está la estrella del Miami Heat, Lebron James.
Nació el 17 de febrero de 1963, en Brooklyn, Nueva York. Sus padres fueron James y Deloris Jordan. Fue el cuarto de cinco hijos y siendo joven la familia se mudó a Carolina del Norte. Luego de una exitosa carrera colegial y universitaria fue firmado por los Bulls de Chicago en 1984. Antes de ingresar a la NBA actuó en los Juegos Olímpicos de Los Angeles, cuando Estados Unidos derrotó a España. Años más tarde, se unió al primer “Equipo de Ensueño” en las Olimpiadas de Barcelona en 1992 junto a estrellas como Magic Johnson, Larry Bird, Scottie Pippen, Karl Malone y David Robinson, entre otros.
EN LA NBA
La NBA está marcada por un antes y un después de Michael Jordan al ser la figura que transformó el básquetbol con su arte, sus acrobacias y mentalidad de juego.
Fue una sensación desde su primera campaña en 1985 al anotar 28.2 puntos por juego, con un 51.5 por ciento en tiros de campo para ganar el premio Novato del Año. En 1986, anotó 63 puntos en el segundo juego de postemporada ante Boston. Ante esta sensacional actuación su rival estrella Larry Bird, dijo: “He visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto’’.
Al año siguiente, logró uno de los promedios más altos de la historia con 37.1 puntos y fue el segundo jugador con más de 3,000 puntos en una temporada. Su primer título llegó en 1990-91 cuando los Bulls sumaron 61 triunfos para fijar un récord de la franquicia, superando a los Lakers con Jordan ganando su primer MVP de las Finales. El dominio de este equipo siguió por los dos siguientes años cuando impusieron otro récord con 67 victorias y 15 derrotas (1991-92), bajo la guía de Jordan.
Inesperadamente, el 6 de octubre de 1993, Michael anunció que se retiraba del baloncesto, alegando que tras la muerte de su padre no disfrutaba jugar. Pero anunció su regreso el 18 de marzo de 1995.
En la temporada 1995-96, los Bulls se reforzaron con el especialista en rebotes Dennis Rodman, finalizando con 72 victorias y 10 reveses (récord de la NBA) con Jordan sumando otro MVP. Chicago alcanzó el triunfo en 1996-97 y repitió en 1997 al derrotar a Utah con otro cierre magistral al anotar una de las canastas más famosas de la historia.
En 1999, por razones varias, Jordan decidió retirarse, aunque regresó de nuevo con los Wizards de Washington. Pero, físicamente, ya no era el mismo jugador.
Filadelfia fue el escenario de su último juego, el 16 de abril del 2003. Jordan terminó su carrera con 32,292 puntos, sólo superado por los legendarios Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone. Anotó más de 50 unidades en 39 partidos y en 211 superó los 40. También fue un buen jugador debajo de los tableros al capturar 6,672 rebotes, sumó 2,514 robos de balón (segundo de la historia), tuvo 5,633 asistencias y participó en 14 Juegos de Estrellas, en tres de ellos ganando el MVP.
FILOSOFIA DE EXITO
Jordan fue una fuente de inspiración. Siempre estuvo consciente de que su destreza natural era obra de Dios, pero la clave estuvo en que supo encontrar la formula correcta para pulir ese talento. Aceptaba el revés, pero sin dejar de luchar. Nunca limitó su juego y cuando escuchaba una crítica en su contra, trabajaba fuerte para demostrar que era errónea o mejorarla. Cuando algunos dijeron que no era un buen defensor, logró que lo incluyeran en el “Equipo Defensivo de la NBA”.
Esa actitud frente a la vida hizo posible que se convirtiera en el mejor jugador de la historia y su entrada al Salón de la Fama, el 11 de septiembre del 2009.
SUS ERRORES
Luego de su retiro el otrora infalible número 23 de los Bulls de Chicago, comenzó a mostrar debilidades en otras facetas de este deporte. Siendo mánager y jugador de los Wizards, tomó una decisión que aún le pesa a la franquicia.
Washington, con el derecho a ser el primero en elegir entre los nuevos talentos, se inclinó por Kwame Brown, un joven de 19 años que llegaba de la secundaria y olvidó a otros candidatos como el español Pau Gasol y el francés Tony Parker, que con el tiempo se convirtieron en estrellas, mientras que Brown no ha pasado de la mediocridad.
En el 2006, Jordan se convirtió en gerente de Charlotte y luego en su propietario. Cuando en el 2010, el equipo llegó a los playoffs, dejó ir a sus tres mejores jugadores: Tyson Chandler a Dallas, Raymond Felton a Nueva York y Gerald Wallace a Portland. Mientras tanto, Charlotte se convirtió en un equipo del montón.
Entre las muchas críticas recibidas está la del coach Larry Brown, que dijo: “Jordan ha tenido un terrible desempeño con los Bobcats al estar rodeado de gente que sabe poco de baloncesto y no se atreven a retarlo en sus decisiones’’.
Charles Barkley, un miembro del Salón de la Fama, indicó: “Quiero mucho a Michael, pero como dueño no ha realizado un buen trabajo”.
En esta misma campaña, el equipo de Charlotte tiene el peor récord entre los 30 de la NBA, ocupando el último lugar de su división en la Conferencia Este.
Otro aspecto negativo de Jordan ocurrió cuando siendo jugador de Chicago decidió retirarse del baloncesto para intentar jugar béisbol de Grandes Ligas, firmando un contrato con la franquicia de los Medias Blancas de Chicago.
Para muchos era absurdo ver a un jugador de leyenda que de repente dejaba de hacer lo que mejor sabía para convertirse en un mediocre en otro deporte. Incapaz de conectar buenos batazos con los Birmingham Barons en Ligas Menores, Jordan fue un fracaso en el deporte de las bolas y los strikes. A tal medida, que renunció después de la huelga de la MLB para regresar al lugar que le correspondía: el tabloncillo de baloncesto.
IMPACTO CULTURAL
Jordan es un ejemplo visible del éxito en Norteamérica. En el tabloncillo nada fue imposible para él, todo objetivo que se proponía lo cumplía con nota excelente. Por ello, su nombre está grabado en la mente de millones de niños y jóvenes por ser un símbolo de triunfo y por su influencia en mantener con vida los sueños de alcanzar la cima.
También ha sido una de las figuras más comercializadas de la historia. Su fortuna personal ronda los $500,000 millones. Ha sido la imagen principal de marcas como Nike, Coca-Cola, Chevrolet, Gatorade, Hanes, McDonald’s, Ball Park Franks, Rayovac y MCI.
Uno de sus anuncios más famosos fue el de “Like Mike”, en el que aparecía una canción cantada por niños que deseaban ser como Jordan. Por muchos años ha sido la mascota de Nestlé Crunch, y ha aparecido en sus productos y su publicidad. Actuó en películas como Space Jam. Michael Jordan tuvo dos hijos y una hija con su primera esposa Juanita. La pareja se divorció en el 2006. En estos momentos está comprometido con su novia cubana Yvette Prieto, aunque aún no se ha anunciado la fecha de la boda.